Ansiedad y placer: cuando la mente no deja disfrutar al cuerpo
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A veces el cuerpo quiere, pero la mente no lo permite.
Estás ahí, intentando disfrutar, pero no logras concentrarte. Tu cabeza no se calla, tus pensamientos corren, y el placer se vuelve algo lejano.
No estás sol@.
La ansiedad tiene un impacto profundo en el deseo y en la capacidad de disfrutar del placer. Y entender por qué ocurre puede ayudarte a reconectar contigo de una forma más compasiva.
El cuerpo bajo ansiedad: modo supervivencia activado
La ansiedad no es solo mental; también es física.
Cuando aparece, tu sistema nervioso entra en modo alerta: el corazón se acelera, la respiración cambia y el cuerpo libera cortisol y adrenalina (las hormonas del estrés).
En ese estado, el cuerpo no prioriza el placer ni la excitación.
De hecho, el deseo sexual disminuye porque el organismo interpreta que no es momento de reproducirse ni relajarse, sino de sobrevivir.
Por eso, durante periodos de estrés o ansiedad, es normal que sientas:
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Falta de deseo o dificultad para excitarte.
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Problemas para llegar al orgasmo.
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Desconexión emocional o corporal.
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Culpa o frustración al intentar “forzar” el placer.
La mente ansiosa y el placer consciente
El placer necesita presencia, pero la ansiedad vive en el futuro. En lugar de juzgarte, puedes empezar por observar. El simple hecho de notar que estás en tensión ya es un paso hacia la consciencia corporal.
Practicar el placer consciente significa permitirte sentir sin expectativas:
respirar, moverte despacio, escuchar lo que el cuerpo pide y soltar el “tengo que”.
Cuando no buscas un resultado, el placer vuelve a aparecer… naturalmente.
El placer como antídoto del estrés
Lo hermoso es que el placer y la ansiedad no pueden coexistir al mismo tiempo.
Durante el placer, el cuerpo libera endorfinas, dopamina y oxitocina, sustancias que calman el sistema nervioso y reducen el estrés.
Por eso, explorar el placer (desde la ternura y no desde la exigencia) puede ser una forma poderosa de sanar la ansiedad.
El cuerpo sabe cómo regresar al equilibrio, solo necesita permiso.
Una nueva relación con tu deseo
En SVAKOM creemos que el placer no es solo sexual: es una forma de reconectar con tu cuerpo, tu respiración y tu presente.
Cuando dejas de pelearte con tu deseo y empiezas a escucharlo, el placer vuelve con más suavidad, profundidad y verdad.
Así que si hoy sientes ansiedad y poco deseo, recuerda:
no estás rota, estás aprendiendo a volver a ti.
Y ese también es un acto de placer.